Dentro de cualquier libro o película de aventuras que se desarrolle en el desierto, no puede faltar la figura del oasis, esa tabla de salvación a donde el protagonista llega justo en el momento que mas lo necesita.
En esa situación nos encontramos una gran mayoría de personas, de manera especial los que nos dedicamos al mundo de la música y la cultura, y mas si cabe el sector de los feriantes, aferrándonos a la esperanza de encontrar un oasis, un evento, un teatro, un concierto que nos sirva para recuperar aliento y poder seguir caminando en esta travesía por el desierto. Lamentablemente parece que los oasis cada vez son menos y cada vez es mayor la incertidumbre respecto a si saldremos airosos de este amargo peregrinar. Por otro lado, creo que la única forma de llegar, es no rindiéndonos, aunque tengamos que privarnos de cosas superfluas durante un tiempo, aunque tengamos que inventar nuevos formatos o reinventarnos a nosotros mismos, no hay mas opción que apretar los dientes y continuar en la senda.
Para colmo de desgracias, lo que se atisba en el horizonte es una tormenta de arena, así que prepáremosnos, reunamos todo nuestro coraje y no nos rindamos, recordemos que como en las novelas, el oasis esta ahí aunque no es fácil llegar. Por eso no podemos rendirnos, podemos parar, llorar, quejarnos a dios, maldecir a un lado u otro, pero no podemos abandonar, porque el oasis está y quizás este al pasar la próxima duna, no nos rindamos, estoy seguro de que una vez pase la tormenta, veremos las palmeras en el horizonte.